República Democrática del Congo. Miles de congoleñas siguen siendo violadas en una Guerra paralela y el Mundo sigue sin inmutarse
Por Resumen Latinoamericano el 17 junio, 2025
Congo actual / África, en Resumen, 17 de junio de 2025.
Paralela a la guerra que libran el M-23 y el Ejército
congoleño más los diferentes grupos armados que apoyan a uno u otro, existe
otra guerra en el Este congoleño que todos los anteriores -en mayor o menor medida- libran
contra cualquier mujer o niña que se cruce en el camino.
Apenas tiene difusión
pese a que es continua
y cada día provoca decenas
de víctimas que lo seguirán siendo el resto de sus vidas, además de quebrar la
sociedad en la que viven y destruir familias y vínculos. De vez en cuando alguna noticia aislada, algún informe, desvía
el foco por un momento hacia ellas
para que luego
vuelva a reinar
tal silencio que simplemente hace que no existan.
Días atrás Médicos Sin Fronteras (MSF) ponía sobre la mesa un demoledor informe que debería revolver a todas las instituciones internacionales
para parar esa oleada inacabable de violaciones y violencia
sexual en el Este congoleño que la guerra del M-23 ha exacerbado muchísimo más. En
2024 los médicos de esta organización
atendieron en la provincia de Kivu Norte a unas 40.000
¡40.000! mujeres y niñas víctimas de violencia sexual. Y
hay que repetirlo una vez más: no es fácil que una congoleña acuda a un centro sanitario tras
una violación… Puede perderlo todo: respeto, marido, familia… si se conoce lo que ha sufrido. ¿Cuántas más han callado
y apechugado con su desgracia en silencio
y soledad?
Quién aún mantenga el estómago estable tras estos datos
-tratar de poneros un momento en su pellejo- deben saber lo peor, que esta situación de violencia y violencia
sexual es una constante, que no para… ni tiene intención de parar por sí misma -ni las mujeres y niñas pueden detenerla ellas
solas-. Hasta finales de abril MSF había
atendido en torno a la ciudad de Goma a 7.400 víctimas de violaciones y violencia sexual. En la cercana ciudad de Sake… 2.400.
Y si las mujeres desplazadas, muchas, tras la criminal
orden del M-23 de desmantelar los campos de refugiados
de Goma, vagando solas o con sus hijos, son especialmente vulnerables, nada libra a
ninguna otra de ser violada por un miliciano del M-23, un soldado, un rebelde de tal o cual grupo
armado, un desertor…
Recibimos a muchas mujeres que han sufrido abusos en las
casas de las familias de acogida o en los centros comunitarios donde se alojan,
o en sus alrededores. Muy a menudo,
las obligan a mantener relaciones sexuales a cambio de alojamiento.
Dondequiera que estén, no parecen estar seguras en ningún sitio, François Calas, responsable del
programa de MSF en Kivu Norte.
En lugares de acogida, en campos de desplazados, buscando
leña por los alrededores, vagando por caminos y carreteras, cerca de centros
sanitarios… Cualquier lugar es bueno para depredadores que lo tienen todo a favor además de una absoluta
impunidad.
La guerra «normal» llegó también a la provincia de Kivu Sur y con ella la otra guerra paralela, igualmente atroz: en sus territorios de Kalehe y Uvira van atendidas unas
setecientas mujeres y niñas. Y volvemos
a insistir:
Las cifras están subestimadas debido a los numerosos obstáculos para acceder a la atención médica. El miedo a las represalias, el estigma, la lejanía geográfica y la falta
de capacidad de tratamiento
en los centros, Luders
Leriche, responsable de las actividades médicas de MSF en Kivu Sur.
Las consecuencias son una herida abierta que no dejará de
sangrar nunca, como explican desde MSF:
Más allá del impacto en la salud y psicológico, las consecuencias sociales
son devastadoras: rechazo familiar y social, estigma, divorcio,
pensamientos suicidas y una enorme dificultad para que los sobrevivientes puedan seguir viviendo en los
lugares donde fueron agredidas.
Podíamos añadir testimonios reales de víctimas reales, de
horror real, pero dejamos el enlace de MSF para quien quiera conocerlos.
Y cerramos con
la guinda
a toda esta
catástrofe humanitaria:
La situación es aún más preocupante porque el acceso a los
servicios de tratamiento es cada vez más difícil. Varios centros de salud en las provincias de Kivu del Norte y
Kivu del Sur ya se han quedado sin los medicamentos y kits necesarios para tratar a las víctimas
y sobrevivientes de violencia sexual.
Ni este mundo parece capaz de parar semejante atrocidad ni
de siquiera ayudar dignamente a sus víctimas.
A quien haya llegado hasta aquí tenemos que darle las
gracias y pedirle, si puede ser, que difunda lo que aquí se cuenta en la forma
que pueda. Algo así no puede ser contemplado como irremediable o habitual y por
mucho que sea una constante a la que no se hace caso, mayor ha de ser la
constante de, como mínimo, denunciarlo.
Horrible lo que viven mujeres y niñas congoleñas, todas las mujeres del mundo a unirnos contra esta barbarie, basta de violaciones, asesinato y tortura.
ResponderEliminarDebemos seguir denunciando lo que esta pasando con las mujeres del Congo.
ResponderEliminarGran impotencia y coraje lo que tienen que sentir todas las que han tenido que pasar por ello y llevar con consigo como sobrevivientes el haber sido y continuar siendo víctimas de semejantes aberraciones y de paso seguir viviendo en los lugares donde fueron agredidas. No a la depravación de las mujeres del Congo y de cualquier espacio del mundo terraqueo.
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